EL AUTOSABOTAJE:
El auto sabotaje es una fuerza oscura que no te permite crecer, no te permite elevarte, expandirte, que no te permite brillar.
Provoca que no logres perder peso, que no logres dejar de fumar o de tomar alcohol, que elijas a cada vez parejas inadecuadas, que estés la mayoría del tiempo apretado con el dinero, ...
El autosabotaje son una multitud de programas, miedos irracionales, falsas creencias que no te permiten expresar tu máximo potencial como ser humano.
Toma su origen en programaciones inconscientes registradas en la infancia, en tu entorno social y en recuerdo akáshicos de la humanidad.
Es está voz, este diablillo que te dice de comerte el pan cuando estás a dieta, fumarte un último cigarro, que una copita no hace daño, que te hace levantar para comerte el sándwich en medio de la noche... es este auto engaño que te hace proclamar que quieres cambiar tu dieta y tu vida, pero en tu fondo es esta voz interior que sabe muy bien que no lo vas a hacer.
Es este gustito familiar que sientes a recaer.
Recaer en lo dulces, los excesos, el cigarro, mirar pantallas tarde en la noche, el alcohol, el juego, el sexo con una pareja abusadora,... el gusto en autodestruirse.
Es cuando es por su olor dulzón a alcohol o su aliento a cigarro que eliges una pareja más que otra. Porque inconscientemente te acuerda el olor de uno tus padres o de un ser querido en la infancia...
Este gusto por hacer las cosas "malas", que nos perjudican, que nos van a mantener en el mismo marasmo.
Pero porque nos resistimos a ser sanos y a ser la mejor versión de uno mismo?
El baño energético en cuál crecemos de niños es el que tendremos a buscar de adulto, será un punto de referencia de cuál será difícil salir.
Desde bebé somos grandes imitadores, cuando imitamos a nuestros padres nos aplauden y recompensan. Imitar a nuestros padres no es solo una cuestión de juego, es una cuestión de supervivencia: imitando a los más potentes de la tribu, así ganamos su aprobación, protección, y nos identificamos con el grupo de personas que nos protege.
Sin embargo, este mecanismo de imitación funciona a nivel muy subliminal y no siempre para las cosas positivas: cuando se celebran valores deformados y adicciones en un grupo familiar, que sea comida, alcohol, cigarro, pantallas, sexo, chistes morbosos, violencia,... los peques construyen sus puntos de referencias sobre ellos, van creciendo con estos valores deformados y esto afectará la manera en que construirán su vida, y una vez adulto, de forma inconsciente y aunque no tenga necesariamente la misma adicción que el padre o la madre, reproducirá el patrón adictivo con el mismo o con otro escenario, celebrarán los mismos valores deformados.
Cuando comemos estas comidas chatarras, o que caemos en estas adiciones de forma inconsciente estamos fieles a nuestra tribu, y nos procura una sensación nostálgica de falsa reconexión, de familiaridad.
Rechazar la comida chatarra que te ofrecen, el café, la copa de vino, la droga, la salida en el bar,... simbólicamente es como rechazar el amor de Mamá o de Papa.
Te has dado cuenta lo difícil que es rechazar comida insaludable cuando te ofrecen personas cercanas con quienes tienes relación emocional?
Has pensado o observado como en nuestra sociedad celebramos usar venenos juntos?
Decimos "salud" al momento de compartir una copa de veneno.
Compramos, preparamos y compartimos las comidas procesadas las más altas en azúcar, grasas, carne, las más malas para la salud cuando nos reunimos en familia.
Tomamos una tasa de café juntos, y le damos a esta tasa de veneno una connotación social y agradable.
Recompensamos nuestros hijos con helados procesados, pizzas, hamburguesas, golosinas venenosas,...
Nos admiramos de ver a bebés obesos.
Justificamos una copa de alcohol con un "Hay que vivir".
Todo esto son puntos de referencias desformados, programaciones inconscientes que reproducimos y que hacen que no podemos sacar lo mejor de uno mismo. Que adoptamos un papel de víctima o de acosador, que tengamos sobrepeso, cáncer, que estamos enfermos, los pulmones o el hígado jodido, deudas,...
Otra programación milenaria: creer que no vales la pena.
Vales la pena.
Desnudo, sin nada, sin diploma, analfabeta, con dientes menos, sin pelo, sin estar a la moda, no importa,... tu importas muchísimo.
Cambias el programa que te impide brillar.
Revisa elemento por elemento, cuestiónate: porque hago esto si me destruye?
Deja las frases programas como: "siempre he sido gordita, soy así, no puedo, lo he intentado todo, ...".
Dejas de quejarte, es una energía que te lleva para abajo. Sustituye las dudas por fe. Actualizas todo lo que crees creer, sea flexible.
Ten fe que Dios, el todo poderoso, el Universo, está obrando para tu bien aún cuando no lo aparenta, el obra para tu mayor crecimiento. Ten profundamente fe.
Toma acciones, interrumpe el programa y sal de tu zona de confort: dile que no al café o al cigarro que te ofrecen, dile que no gracias a la persona que te ofrece una copa de alcohol tantas veces como sea necesario, rechaza las comidas/orgia familiares, recompensa tu hijo con un abrazo en lugar de veneno dulce, para de comer antes de que sea demasiado comida...
Abrete, dialogas con el miedo.
Luego si el miedo persiste, le das una buena patada.
El miedo es el peor impedimento para crecer, expandirte, ser saludable y ser feliz.
Eres capaz de perder peso, estar sano, controlar tu dieta, alimentarte de frutas y vegetales crudos, ayunar, autosanarte, recobrar la salud de un niño, subirte al Chirripó, vivir en la abundancia, en armonía con tus hijos, tu padre, tu madre y tu pareja,... sal del caos y simplifica.
Tu libertad empieza con respirar, dormir, evitar el estrés, sonreír, comer frutas, ensaladas,... cuida tus pensamientos si son negativos échalo fuera de la cabeza y guarda los que son positivos que te nutren, filtra todas las informaciones que van a entrar en tu templo.
Es hora de romper los patrones antiguos, es momento de expandirte, abrirte al amor.
No tengas miedo a brillar.
Alexandra Prokoudine Higienista Naturópata
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